sábado, 8 de octubre de 2011

Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva.

Stephen R. Covery
Tercera Parte

Quinto Hábito: Procure primero comprender, y después ser comprendido.
En este hábito se habla del respeto que tenemos hacia las demás personas, pues se basa en la comprensión mutua ya que muestra la necesidad que tenemos de que cuando hablamos con alguien más nos ponga atención. Es así como se dan las relaciones humanas y posibilita llegar a los acuerdos de ganar/ganar.

Este principio es la clave de la comunicación interpersonal efectiva. Lo primero que debemos hacer es “procurar primero comprender” porque la mayoría de las personas no escuchamos con la intención de comprender, sino para contestar. Todo lo filtramos a través de nuestros propios paradigmas.

Cuando otra persona habla, por lo general la escuchamos en uno de cuatro niveles. Podemos estar ignorándola, no escucharla en absoluto, podemos fingir y podemos practicar la escucha selectiva, oyendo sólo ciertas partes de la conversación. Finalmente, podemos brindar una escucha atenta, prestando atención y centrando toda nuestra energía en las palabras que se pronuncian. Pero muy pocos de nosotros nos situamos en el quinto nivel, la forma más alta de escuchar, la escucha empática.

La escucha empática quiere decir “escuchar con la intención de comprender”, quiere decir procurar primero comprender realmente. Se trata de un paradigma totalmente distinto, ver las cosas a través como las ve esa persona, comprender su paradigma, comprende lo que siente.

Procurar primero comprender, o diagnosticar antes de prescribir, es un principio correcto que se pone de manifiesto en muchas áreas de la vida y después ser comprendido. Ser comprendido es la otra mitad del quinto hábito, igualmente esencial para alcanzar soluciones ganar/ganar.


Sexto Hábito: Sinergia

Este hábito es el logro del trabajo en equipo, la sinergia es la verdadera puesta  a prueba de todos los hábitos antes mencionados, porque cuando uno se comunica con sinergia, abre su mente y su corazón a nuevas alternativas, a algo que no estaba antes allí. La sinergia es la esencia del liderazgo transformador: cataliza, unifica y libera las más grandes energías del interior de la persona.

Muchas personas nunca han experimentado ni siquiera un grado moderado de sinergia en su familia o con otras personas, su adiestramiento lo han programado, para creer que no se puede confiar en la vida ni en otras personas. Como consecuencia, nunca se han abierto al sexto hábito y a estos principios.

 El diagrama muestra lo estrechamente relacionada que está la confianza con los diferentes niveles de comunicación.

La búsqueda de la tercera alternativa es un cambio de paradigma importante, que desplaza a la mentalidad “o esto o aquello”. La diferencia en los resultados es muy grande.

La valoración de las diferencias (mentales, emocionales, psicológicas) es la esencia de la sinergia. Es la clave para valorar esas diferencias que consiste en comprender que todas las personas ven el mundo no como es, sino como son ellas mismas.

La persona verdaderamente efectiva tiene la humildad y el respeto necesarios para reconocer sus propias limitaciones preceptúales y apreciar los corazones y las mentes de otros seres humanos. Esa persona valora las diferencias porque esas diferencias acrecientan su conocimiento y su comprensión de la realidad.

La sinergia da resultados; es un principio correcto. Es la formación del equipo, es trabajo de equipo, desarrollo de la unidad y la creatividad con otros seres humanos.


Séptimo Hábito: Afile la Sierra

 El séptimo hábito, habla de preservar y realzar el mayor bien que cada uno de nosotros posee; significa renovar las cuatro dimensiones de nuestra naturaleza: la física, la espiritual, la mental y la social/emocional.

Es lo que nos permite establecer un balance entre todas las dimensiones, a fin de ser efectivos en los diferentes roles que desempeñamos en nuestras vidas pues esto nos ayuda a estar siempre en una mejora continua.

Debemos de hacer un alto en cierto momento de nuestra vida para recuperar energías y no quedarnos estancados.

Las personas requerimos renovación en todas y cada una las dimensiones de nuestra personalidad. En cualquier caso, la falta de renovación en cualquiera de estas dimensiones puede tener un elevado costo para nosotros como personas.
La mayor parte de las personas dependemos del espejo social, ya que nos influyen las opiniones, percepciones y paradigmas de la gente que nos rodea. Como personas interdependientes, provenimos de un paradigma que incluye la comprensión de que formamos parte de ese espejo social.

El proceso de la autorrenovación debe incluir la renovación equilibrada en las cuatro dimensiones de nuestra naturaleza: la física, la espiritual, la mental y la social/emocional. El descuido de cualquier área afecta negativamente a las restantes.

La renovación es el principio y el proceso que nos permite ascender en una espiral de crecimiento y cambio, de perfeccionamiento continuo.

Para realizar un progreso significativo y sistemático a lo largo de esa espiral, tenemos que considerar otro aspecto de la renovación: nuestra conciencia moral. La conciencia moral percibe nuestra congruencia o discrepancia con los principios correctos y nos eleva hacia ellos cuando está en buena forma.

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